Todo niño ama estar en la piscina. Sentir el agua ahondar cada parte de su cuerpo y moverse con libertad es toda una experiencia para ellos. Sin embargo, como padres debemos estar al tanto de todos los cuidados que necesitan nuestros pequeños a la hora de estar en la piscina.
Si bien es un juego divertido y estimulante, la piscina contiene mucho cloro que puede perjudicar la piel sensible de los niños y no solo eso, hay que tomar en cuenta los otros factores, como el sol, la temperatura del agua y la comodidad del niño en la piscina.
Algo que debes saber antes de seguir leyendo, es que un bebé puede ingresar a una piscina desde los 3 o 6 meses. La edad va a depender del nivel de pH de la piscina, la temperatura del agua y también, del clima. De hecho, algunos centros de natación o clubs no permiten el baño de bebés menores de 6 meses.
Una vez que el pequeño entra al agua (por supuesto, en compañía de sus padres), este no debe permanecer más de 20 minutos allí. La piel de los bebés es tan sensible que se enrojece a los mínimos daños, así que mientras el niño sea menor de 12 meses, debe mantenerse menos de 20 minutos en el agua. Claro, una vez que sale, se puede esperar una hora y al rato, volverlo a bañar por menos tiempo.
¿Cuánto tiempo puede estar un niño en la piscina?
En el caso de los niños más grandes (24 meses en adelante), el tiempo no cambia drásticamente. Estos deben permanecer por un máximo de 40 minutos, ya que el cloro es igual de dañino para la piel, como sucede en el caso de los adultos. También hay que supervisar que el pequeño no tome agua de la piscina y tampoco es necesario sumergirlo por mucho tiempo bajo el agua, ya que el cloro podría irritar los ojos.
Entre otras cosas, es fundamental la protección de la piel del niño, en caso que esté en una piscina al aire libre. El protector solar es un producto indispensable a la hora de ir a la alberca.
Una vez que el niño ha salido de la piscina, se le deberá dar una ducha con o sin jabón. El agua debe estar a temperatura ambiente para que el pequeñín retome su temperatura corporal. Luego del lavado, debe ser secado con una toalla.
La natación es una actividad estimulante y sensorial para los niños y puede ser realizada desde los 3 o 6 meses de vida, dependiendo de las condiciones del lugar. Solo con tener en cuenta las medidas de seguridad, como el tiempo que puede estar un niño en la piscina, esa experiencia podrá ser magnífica para el pequeño y por supuesto, para los padres, quienes deben mantenerse en todo momento al lado del niño. Esta actividad también va a establecer más conexión entre los padres y el pequeño.